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Ingeniería de Gestión Energética

El gran sobrecoste de la factura del riego eléctrico

 

El gran sobrecoste de los suministros eléctricos para regadío sigue siendo el elevado coste que tiene el mantener las contrataciones de potencia en los meses de no riego. En un suministro de alta tensión -con unas potencias contratadas en ‘punta’, ‘llano’ y ‘valle’, de 1 kw, 40 kw, 40 kw- supone un coste de 130 euros al mes, al que hay que sumar las pérdidas del transformador, el alquiler del contador y el impuesto eléctrico.

 

Así, llegamos a los 175 euros al mes, sin utilizarlo; solo por tenerlo disponible para la campaña de riego.

Esto siempre que tengamos la posibilidad en el suministro, de no utilizar la ‘punta’, pues si en este mismo caso la contratación fuese de 40 kw, 40 kw, 40 kw, el coste mensual, en los meses de no riego, sería del doble: 350 euros al mes, unos 2.100 euros en los posibles seis meses que no regamos. En un suministro de estas características se gastan en electricidad unos 6.000 euros anuales, así que el periodo de no riego supone un 35% del coste eléctrico anual.

Este es el gran caballo de batalla en los suministros eléctricos de regadío. Y donde se debe hacer presión por parte de las asociaciones agrarias, para que la Administración permita diferentes contrataciones al año. Pero no solo para los regadíos; para todos los suministros que quieran o puedan hacerlo.

El 6 de marzo de 2018 se aprobó un real decreto para paliar los efectos negativos de la sequía, con la posibilidad de que los regadíos pudieran hacer dos contrataciones de potencia al año. Pero aún en 2019 estamos esperando el reglamento que lo articule. Al finalizar la sequía se da por terminado todo lo relacionado con ella, pero la realidad es que esto no es un problema de la falta de agua; es generalizado de todos los regadíos o suministros temporales.

Hemos pasado de tener una tarifa de regadío -protegida y subvencionada- a tratarlos igual que a una fábrica que trabaja todo el año. Así perjudicamos notablemente al regadío. Su coste energético, en euros por kilovatio a la hora, será siempre mayor que el de un suministro que trabaja todo el año, penalizándolo en más de un 20% de coste energético respecto a cualquier otro que trabaja todo el año.

Por todo lo expuesto, es de justicia que para este tipo de suministros se puedan modificar las contrataciones, en función de las necesidades reales de cada momento, de manera que se pueda adaptar a las necesidades de cada negocio.

No podemos permitirnos el lujo de estar pagando una disponibilidad de energía para no hacer uso de ella durante solo seis meses. Esto es una de las grandes injusticias que tiene el regadío eléctrico que, como no seamos capaces de darle una solución, con el tiempo se acabarán imponiendo sistemas energéticos alternativos que provocarán la desconexión de la red eléctrica. Pues ya es hora de que se legisle, no solo para las grandes empresas energéticas, y que se empiece a pensar en el autónomo y en la pequeña y mediana empresa, que son lo que realmente generan actividad económica, sobre todo en el entorno rural, tan carente de infraestructuras de todo tipo.

 

CAMPO publicación agraria de Castilla y León